martes, 30 de mayo de 2006

Fabula de Stagger



Un buen día, el apostol Stagger descolgó el teléfono y recitó una oración a San Gulik, el espítitu mensajero, reclamando la presencia de Eris. A los pocos minutos, la radio del salón se puso en marcha por sí sola y una voz de mujer llenó la estancia.

-¿DIGAME? - preguntó la voz.
- ¡Oh, Eris, bendita madre de todos los hombres, Reina del caos, Concubina de la discordia! ¡Te pido por favor que me ilumines y me ayudes a deshacerme de este gran peso que llevo en mi corazón! -suplicó Stagger.
-¿TE PASA ALGO? SUENAS COMO SI NO TE ENCONTRASES MUY BIEN...
-Oh, mi señora... Me hallo lleno de miedo y atormentado por terribles visiones de dolor. Todos están dedicados a hacerse daño los unos a los otros, el planeta ha sido tomado por la injusticia, sociedades enteras condenan al ostracismo a sus semejantes, hay madres encarcelando a sus hijos, niños muriendo mientras sus hermanos van a la guerra, orgías de mentiras y comida rápida y tecnologías esclavizantes que...
-¿Y CUÁL ES EL PROBLEMA? SI ESO ES LO QUE QUERÉIS...
-Pero nadie quiere esas cosas. Todo el mundo odia estar así.
-ENTONCES ¿POR QUÉ NO PARÁIS?

Y dicho esto la voz de la Diosa se transformó en un anuncio de aspirinas, dejando a Stagger a solas con su especie.



(Y recordad, niños: Si todos son mis hermanos ¿por qué no puedo
comérmelos?)

Hail Eris!
Hail Discordia!

1 comentario:

Anónimo dijo...

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