domingo, 31 de mayo de 2009

Hoy hablaremos de ecologismo

Estaba yo el otro día vegetando en el sofá, mirando, sin ver, la tele cuando un anuncio llamó mi atención. Neumáticos.
No sé por qué pero en mi cabeza apareció un diagrama de un coche; sus partes, sus consecuencias, sus usos. Y decidí que era absurdo hasta decir basta. Ecológicamente hablando un coche es malo lo mires por donde lo mires. No sólo es cuestión de cambiarle el tipo de "comida". Los neumáticos, el aceite, la chapa, la espuma de los asientos, los cables, el plástico del salpicadero, el líquido de frenos, el cigüeñal... Estoy convencida que la media de degradación de todo eso en el medio ambiente es de mínimo 100 años. Y no estoy contando con lo que puedan envenenar a su alrededor. Y yendo un paso atrás. Fabricar todos esos elementos deben ser contaminante per sé.
¿De verdad tenemos que seguir creyendo que un coche nos hace la vida más fácil?
Según escribo me voy poniendo de peor humor. Es un elemento que contamina para crearse, mientras vive y hasta cuando ya no se puede usar es un escollo para el medioambiente, pero "como nos lleva a los sitios"... Y entonces empieza la campaña de la gasolina con menos plomo o los coches híbridos o... Que no, ¡que es lo mismo! Es un bonito lobo en piel de corderito.

Y si a todo lo expuesto anteriormente le añadimos que en 2007 mató a 3800 y pico personas, creo que tenemos entre manos un elemento del que tendríamos que intentar deshacernos lo antes posible.

Ya vale de ayudas al sector. Cambiémoslo. Que no se incentive la producción de coches "menos" contaminantes. Que se incentive el uso del transporte público. Más autobuses, más líneas de metro, más trenes de cercanías. Y, evidentemente, todo más barato.

Pero bueno. Es como todo. Cuando se enfrenta la posibilidad de ganancia económica a cualquier cosa, el dinero siempre sale vencedor. No importa que sea la vida de miles de personas que mueren de hambre cada día. No importa que sea la vida de miles de personas que mueren enfermos cada día. No importa que sea la vida de miles de personas que mueren de sed cada día. Si no dan dinero, que se mueran.

A todo esto, tengo coche. Perdón.

viernes, 15 de mayo de 2009

Aborto y SIDA

Estos días, con el revuelo de la aprobación de la nueva ley del aborto, se está hablando mucho de dónde empieza la vida y dónde poner el límite a los anticonceptivos. Y yo me río... más que nada porque una vida que aún no ha empezado (más que nada por que el óvulo y el espermatozoide aún no se han encontrado) es más sagrada que la de los adultos en África a los que se les dice que el uso del preservativo no preserva (¡oxímoron!) del contagio del SIDA y que con lavarse con agua fría vale. O desvirgando a una niña.
Diría algo más. Pero para qué. Juraría que me repito.