viernes, 6 de marzo de 2009

Otra vez: Matrimonios Gays

Me pone la piel de gallina que en pleno siglo XXI (lo mismo decían en el XVII y en el XVIII y ... apelando a los conocimientos adquiridos durante la "larga" existencia del ser humano en la Tierra) aún haya gente capaz de mirar a la cara a otra persona y decirle: "como te acuestas con personas de tu mismo sexo vales menos". ¿De verdad alguien se lo cree? ¿De verdad hay alguien tan troglodita (trogloditas, perdón por la comparación) para creerse semejante barbaridad? ¿De verdad alguien se cree tan en posesión de lo correcto y lo incorrecto para decirle a alguien a la cara que vale menos por una gilipollez como la postura que adopta en la cama?

Y después alegan que es por los niños ("¿es que nadie va a pensar en los niños?"). Por supuesto, es muchísimo más sano (y educativo, dónde va a parar) para ellos ver cómo papá se tira a su secretaria mientras mamá se pone hasta el culo de tranquilizantes para conseguir sacar adelante (por el bien de los niños) un matrimonio que hace aguas desde el principio.

Evidentemente (y para muestra, un botón) no todos los matrimonios heterosexuales hacen aguas. Y, evidentemente, no todos los matrimonios homosexuales se basan en el respeto. Pero eso lo hacen las personas que forman parte de esos matrimonios. No la institución.
¡Y el hecho de que mis vecinas del quinto se casen no resta valor a lo que tengo en mi casa! ¡Al contrario! Le dice a mi hijo que todo el mundo es igual, y se lo dice con hechos, no con palabras.

Tal vez peco de inocente o naïf o lo que sea, pero me cuesta. No entiendo por qué la gente no vive más su vida y deja las de los demás que sigan su curso.

Hasta aquí la reflexión (con muy mala leche) de hoy...